miércoles, 12 de septiembre de 2012

Hallazgos en Egipto


La información que a continuación se dará fue publicada el 3 junio del 2011, por lo que ya tiene tiempo que se hicieron dichos hallazgos.

A finales del pasado mes de mayo, un equipo de investigadores estadounidenses de la Universidad de Alabama anunció el descubrimiento de nada menos que 17 pirámides “perdidas”, cerca de 3.000 asentamientos y unas 1.000 tumbas. El sorprendente hallazgo no se ha realizado gracias a las habituales excavaciones, sino que ha sido posible gracias al análisis de imágenes vía satélite en alta resolución. Según confirmó Hawass, el gobierno egipcio ha firmado un convenio de colaboración con los investigadores americanos para poner en marcha un proyecto de investigación con satélites “que permita monitorizar distintos yacimientos arqueológicos desde el espacio, ayudando así a protegerlos de saqueos y construcciones ilegales”.

Según la publicación Science Magazine, la directora del proyecto, Sarah Parcak, comenzó a desarrollar su investigación hace 11 años, examinando fotografías vía satélite de la NASA y la empresa Quickbird. Con estas imágenes, Parcak descubrió algunos yacimientos sin necesidad de realizar excavaciones. Ahora, el equipo cree haber detectado diecisiete estructuras piramidales, una de ellas en la necrópolis de Saqqara. Este último hallazgo ha sido confirmado de forma independiente por un equipo de arqueólogos egipcios que han desenterrado parte de lo que parece ser una pirámide de finales del Reino Medio. En lo que respecta a las restantes dieciséis estructuras piramidales, Parcak se muestra cauta: “Seamos honestos, no sabremos si esas ‘pirámides’ lo son hasta que excavemos”.

************EN LAS ENTRAÑAS DE LA PIRÁMIDE********************
De forma paralela al anuncio de la universidad estadounidense, otro grupo de estudiosos, en este caso británicos, ha dado un paso más para intentar desentrañar el que, según palabras del todopoderoso Hawass, es “el último gran misterio de la pirámide de Keops”.
 
La Gran Pirámide, construida probablemente para albergar la tumba del faraón Khufu (Keops), cuenta con tres cámaras o estancias principales: la Cámara de la Reina, la Gran Galería y la Cámara del Rey. Ésta última estancia posee dos canales de ventilación que comunican con el exterior, mientras que la Cámara de la Reina cuenta con unos conductos similares, aunque a diferencia de los anteriores, éstos se detienen antes de alcanzar las paredes exteriores de la pirámide. Durante años distintos autores se han preguntado por la posible función y significado de estos últimos espacios, que miden apenas 20 x 20 centímetros y que parten de los muros norte y sur de la cámara, y algunos investigadores han sugerido la posibilidad de que conduzcan a alguna cámara secreta.
 
El primer intento serio por desentrañar el enigma tuvo lugar en 1993, cuando un robot consiguió avanzar unos sesenta metros a través del conducto del muro sur, topándose en ese punto con una especie de pequeña puerta de piedra provista por unas piezas de metal semejantes a tiradores. A pesar de aquel obstáculo, en el año 2002 otra iniciativa similar tomó el relevo, en este caso empleando un robot provisto de taladro y con una cámara que permitía filmar lo que iba encontrando a su paso. En aquella ocasión el dispositivo pudo filmar una pequeña cámara rematada por otro bloque pétreo, y de nuevo se vio incapaz de avanzar, dejando el misterio sin resolver.
 
El último intento ha tenido lugar en los últimos meses, gracias a una iniciativa conjunta llevada a cabo por científicos de la Universidad de Leeds (Gran Bretaña) y el gobierno egipcio. Con la ayuda de un diminuto robot bautizado com Djedi –en honor al mago del mismo nombre a quien, según la tradición, Keops consultó a la hora de construir la pirámide–, los investigadores han conseguido avanzar un poco más. Las imágenes enviadas hasta el momento por el diminuto Djedi han revelado la existencia en el conducto de varios jeroglíficos realizados con pintura roja, así como marcas o grabados en la piedra, que podrían ser líneas trazadas por los antiguos constructores de las pirámides. “Si estos jeroglíficos pudieran ser descifrados –ha explicado el ingeniero británico Rob Richardson ayudarían a los egiptólogos ha determinar por qué se construyeron estos misteriosos conductos”.
 
Gracias a la cámara flexible colocada en Djedi, los investigadores han logrado ver por primera vez el lado posterior de la puerta de piedra, mostrando que su superficie está cuidadosamente pulida, algo que podría indicar que tuvo una importancia simbólica, tal y como explica la experta Kate Spence, egiptóloga de la Universidad de Cambridge que no ha participado en la investigación actual. En opinión de Space, los conductos que parten de la Cámara de la Reina tendrían una función simbólica relacionada con las estrellas. Según la investigadora británica, es posible que dicha cámara albergase en su día una estatua del Ka –espíritu del faraón–, y de este modo los conductos habrían sido construidos para que el espíritu del monarca viajase hasta el Más Allá.
 
A pesar de estas interpretaciones, Zahi Hawass cree que aún existen posibilidades de que haya alguna cámara secreta. En su opinión, la Cámara del Rey podría haber sido una “cámara” de distracción para ocultar la verdadera cámara funeraria. En este sentido, el arqueólogo y ministro egipcio recuerda una tradición en la que se cuenta que el mago Djedi se encontró con Keops, quien estaba buscando al dios Thoth para descubrir el secreto que le permitiera esconder su pirámide. “Basándonos en esto –dice Hawass–, quizá haya algo oculto en la pirámide”.
Imagen de varios ‘graffiti’ descubiertos por el robot Djedi. Crédito: New Scientist
 
 

 

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