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Luis Gonzalez Camarena |
El Muralismo es un movimiento artístico de carácter indigenista, que tuvo
sus inicios tras la Revolución Mexicana (1910). Los objetivos
de esta corriente consisten en socializar el arte y rechazar la pintura
tradicional de caballete, y cualquier otra obra procedente de los círculos
intelectuales.
El Muralismo propone la producción
de obras monumentales para el pueblo en las que se retrata la realidad
mexicana, las luchas sociales y otros aspectos de su historia. En México, esta
corriente fue uno de los fenómenos más decisivos de la plástica contemporánea
iberoamericana y sus principales protagonistas fueron: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
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Diego Rivera. |
El movimiento se internacionalizó
hasta 1930 y se extendió a otros países de América.
El impulsor de este movimiento fue
José Vasconcelos, filósofo y primer secretario de Educación Pública de México
quien, tras la Revolución, pidió a un grupo de artistas jóvenes revolucionarios
que plasmaran en los muros de la Escuela
Nacional Preparatoria de la ciudad de México la imagen de la voluntad
nacional.
Los artistas tenían total libertad
para elegir los temas y mostrar un mundo nuevo sobre las ruinas, la enfermedad
y la crisis política surgida tras la Revolución. En general, es una crítica
social de modo estético y puro. Que tratan de denunciar las injusticias que se
cometían y la tristeza del pueblo mexicano ante la violencia y opresión que se
acababa de vivir en torno la revolución.
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Siqueiros |
Los muralistas, influidos por el
pasado precolombino y colonial, desarrollaron un arte monumental y público
inspirado en lo tradicional y popular, terminando así con el academicismo reinante,
exaltando su cultura y origen precortesiano.
Cauces del Indigenismo:
Concepción histórica de Diego
Rivera: descripción minuciosa de una idílica vida cotidiana antes de la llegada
de los españoles.
Por otro, la de José Clemente
Orozco: Integra las culturas indígenas en el contexto de una religiosidad
violenta; su obra épica la realizó con suficiente ironía, amargura y
agresividad como para encarnar una imagen verdadera y convincente del mundo
moderno, con su despiadada lucha de clases, teniendo como tema obsesionante el
del hombre explotado, engañado y envilecido por el hombre.
David Alfaro Siqueiros: Fue el único
que se interesó por acercar a la pintura moderna los valores plásticos de los
objetos prehispánicos.
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Siqueiros |
El muralismo se desarrolló e integró
fundamentalmente en los edificios públicos y en la arquitectura virreinal. Los
muralistas se convirtieron en cronistas de la historia mexicana y del
sentimiento nacionalista, desde la antigüedad hasta el momento actual. La
figura humana y el color se convierten en los verdaderos protagonistas de la
pintura. En cuanto a la técnica, redescubrieron el empleo del fresco y de la
encáustica, y utilizaron nuevos materiales y procedimientos que aseguraban
larga vida a las obras realizadas en el exterior.
El introductor de nuevas técnicas y
materiales fue Siqueiros, que empleó como pigmento pintura de automóviles
(piroxilina) y cemento coloreado con pistola de aire; Rivera, Orozco y Juan O’Gorman emplearon también
mosaicos en losas precoladas, mientras que Pablo O’Higgins utilizó losetas quemadas a temperaturas muy altas.
Las investigaciones técnicas llevaron también al empleo de bastidores de acero
revestidos de alambre y metal desplegado, capaces de sostener varias capas de
cemento, cal y arena o polvo de mármol, de unos tres centímetros de espesor.
Desde 1922 hasta nuestros días no se
han dejado de hacer murales en México, lo que prueba el éxito y la fuerza del
movimiento. En la década de 1930, la internacionalización del muralismo se
extendió a Argentina, Perú y Brasil, y fue adoptado incluso por Estados Unidos
en algunos de sus edificios públicos.
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Camarena |
Dato Curioso: Siqueiros fue el
primero en hacer graffiti callejero en la ciudad de Los Ángeles.