El "arte cinético" es una corriente artística, principalmente pictórica y escultórica, basada en el movimiento. Las obras cinéticas están dotadas de movimiento real, juegan con efectos ópticos que lo simulan o incluso provocan que sea el propio espectador el que se mueva para experimentar con sus distintas interpretaciones.
Fue en la extinta Unión Soviética, en 1920, cuando Naum Gabo y Antoine Pevsner aprovecharon su Manifiesto Realista para hacer alusión por primera vez al arte cinético, corriente que se hizo especialmente popular en las décadas de los 60 y 70.
Se investigó que el factor cinético de la visión en la creación plástica, para lo cuál se
eligieron tres caminos distintos:
2.- Induciendo al espectador a desplazarse en el espacio para que así se organice en su mente la lectura de una secuencia.
3.- Realizando movimientos reales de imágenes mediante motores u otras fuentes.
Entre las características del arte cinético se destacan: el rechazo a
cualquier referente narrativo, literario o anecdótico; la desvinculación de la
obra de arte con respecto a su creador, la abolición del soporte tradicional del
cuadro, la incorporación de materiales inéditos para la creación artística,
(plásticos, circuitos eléctricos, etc.) y la intención de insertarse en
la vida pública de la ciudad, formando parte del urbanismo.
Se considera que hay un periodo clásico en el arte cinético que se vincula con el futurismo y con el constructivismo y en el que hayamos obras de Duchamp, de Balla, de Tatlin, Depero o de Man Ray.
Fuentes:
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