También
conocido como idea art, es un movimiento
artístico en el que las ideas dentro de una obra son un elemento más importante que el objeto o el sentido por el que la obra se creó.
Se
desarrolla inicialmente en los Estados Unidos y Gran Bretaña a mitad de la
década de los setenta como una resistencia en contra del formalismo que había
sido acoplado por Clement Greenberg.
El
arte conceptual emplea habitualmente materiales como la fotografía, mapas y vídeos. En ocasiones se reduce a un conjunto de instrucciones
documentando cómo crear una obra, pero sin llegar a crearla realmente; la idea
tras el arte es más importante que el artefacto en sí.
Los
artistas que se vieron envueltos en esta expresión, fueron motivados por el
reto de subvertir los presupuestos acerca del arte, conceptos como belleza,
calidad, y la diferencia entre un documento y una obra de arte. También
cuestionaron los significados convencionales a través de los cuales el público
consumía arte, y como era procesado a través de un creciente complejo de
galerías, museos y críticos; instituciones que, ellos creían, le daban a la
obra nuevos significados con los que muchas veces estaban inconformes.
Los precursores inmediatos del arte conceptual pueden
buscarse en el resurgir de las Vanguardias tras la II Guerra mundial, en una compleja
serie de intercambios culturales entre Europa, EEUU y Japón. Dos figuras
destacan como manantiales de nuevas ideas: el antes mencionado Marcel Duchamp (que emigró a EEUU durante la I Guerra Mundial) y el
compositor estadounidense practicante del budismo zen John Cage.
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